miércoles, 19 de septiembre de 2018

H.P. LOVECRAFT (PARTE I): LA ÚLTIMA FRONTERA CINEMATOGRÁFICA

   
 Nombrar a Howard Phillips Lovecraft y referirse a él como una figura única e inmortal dentro de la literatura de terror sería tan obvio como ahondar en su estilo, tan imitado y "desarrollado" a lo largo de los años.

     Sin embargo, no puedo evitar hacer la parada de rigor para, aunque sea moderadamente, destacar algunos de los factores que hacen que Lovecraft sea merecedor del epíteto "Maestro del Terror".

     El primer factor sobre el que querría hacer hincapié es del desarrollo del concepto del "horror cósmico", entendido como el terror ciego, fruto de la incapacidad de visualizar, imaginar o, incluso, entender la naturaleza del mal (maldición, entidad Primigenia, seres de otras dimensiones...) que se cierne sobre el desgraciado protagonista de una historia. El autor de Providence se prodiga en todos sus escritos en cuanto a crear una imagen, cuanto menos, poco concreta del antagonista de cada historia mediante el uso de adjetivos de carácter abstracto (inenarrable, indescriptible, insondable...). Precisamente, esta magistral concepción de las "facciones" del relato es lo que otorga a la obra "lovecraftiana" su punto más importante, el uso, casi "freudiano", del inconsciente para sugerir unos horrores más allá de lo puramente monstruoso, que también, para llegar a trascender el apartado material. Las entidades que habitan las historias de este autor son monstruos, sí, pero su mera existencia pone en entredicho los límites de varios campos científicos, al nivel de poder sumir en la locura a un simple mortal como usted, señor lector de este post.

     En segundo lugar, y no por ello menos importante, destaca la supervivencia del estilo de este autor a través de varias décadas y generaciones de escritores. Los mas versados en este autor no leerán nada nuevo si se menciona el "Círculo de Lovecraft", o aquel grupo que mantenía una relación principalmente epistolar que acabó derivando en un movimiento literario alrededor de un universo expandido que partía de la mente del propio Lovecraft y que ha estado en desarrollo hasta, prácticamente, el día de hoy. Cabe decir que no se trataba simplemente de aportaciones a nivel de añadir historias para crear un "quorum" consitente, también se aumentaba el panteón de entidades, libros prohibidos y personajes relevantes e, incluso, se aprecian "cameos" de algunos de los integrantes de este singular movimiento literario. Es importante considerar que entre sus integrantes se encuentran autores como Robert Bloch ("Psicosis") o Robert E. Howard ("Conan, el bárbaro") y que llega a influenciar a autores más cercanos a nuestros días, como pueden ser Stephen King o Ramsey Campbell.

     Otro factor que muestra la influencia de este genio literario es la imprenta que sus creaciones han tenido en diversos ámbitos. Cuando escuchamos/leemos el nombre de "Cthulhu" suceden varias cosas: no sabemos pronunciarlo, perdemos la cordura (consecuencia derivada de la aseveración anterior) y no podemos disociarlo de juegos de rol, cine, videojuegos y merchandising vario.La corriente estética tan característica que se genera entorno a Lovecraft se derrama, fluyendo por diferentes vasos sanguíneos del espectro cultural.
Sus descripciones, aún siendo premeditadamente vagas, han inspirado a varios artistas en diversos campos. En el cómic podemos encontrar desde el universo del "Hellboy" de Mike Mignola y todos sus derivados hasta las visitas de Alan Moore a la cosmogonía propia de nuestro querido protagonista de hoy. Tampoco se libra el mundo del cine, donde varios directores y guionistas han tomado conceptos y nociones de la literatura del autor que "es Providence". Y aquí es donde pasamos al punto principal del post que nos ocupa.

     Ciertamente, lo primero que sería justo decir es que el celuloide, en líneas generales, no se ha llevado precisamente bien con la obra de este genio de la literatura. Es necesario entender que nos referimos a la adaptación de títulos propios del autor y no al reflejo de su universo, ámbito en el cual sí se han cosechado aciertos, aunque en esto me extenderé más adelante en el post.

     En esta entrega vamos a hablar de los intentos de adaptar la obra de Lovecraft, más o menos al pie de la letra, obviando aquellas que se inspiran muy parcialmente en ella. Los resultados dentro de este sector son de una calidad regular, tirando a baja.

     Una de las primeras en este aspecto sería "Terror en Dunwich", dirigida por Daniel Haller en 1970 y producida por la AIP, de  Roger Corman. Se trata de una película llena de buenas intenciones que respeta muchos de los aspectos del relato del que toma el nombre. Sin embargo, la parte estética juega mucho en su contra, los efectos especiales crean un conjunto excesivamente psicodélico que  deja una sensación muy  confusa en el espectador. Se trata  de una característica muy del estilo de Lovecraft que, en este caso, no tuvo su mejor adaptación a la gran pantalla. Que nadie se equivoque, es un visionado obligatorio si sois aficionados a la literatura de este autor.

     Obviamente, hay una parada obligatoria en este tramo, y no es otra que "Re-Animator", dirigida por Stuart Gordon y producida por Brian Yuzna en 1985. Estamos, quizá, ante una de las adaptaciones más célebres y con más seguidores del corpus literario de H.P. Lovecraft. Resulta curioso, siendo un relato corto y que, además, no se enmarca dentro del "Ciclo de Cthulhu". Es más, el propio Lovecraft albergaba sus dudas respecto a esta creación, que se inspira, de manera bastante explícita, en el "Frankenstein", de Mary Shelley. Volviendo a la película, el argumento sigue, en cierto modo, la línea del relato, aunque  lo sitúa en una franja temporal más cercana al espectador de la época. El doctor Herbert West, interpretado por Jeffrey Combs, pasaría a formar parte del imaginario colectivo de los aficionados al cine de serie B en su vertiente más sangrienta, y es que "Re-Animator" ofrece un espectáculo de lo grotesco muy a tener en cuenta. El tono general de esta adaptación es un tanto más laxo que el del relato, con el característico toque de humor negro, muy típico de las producciones de este talante durante los 80. La saga se extendería, a través de dos entregas posteriores, hasta 2003, manteniendo su carácter excesivo y desenfadado y, como no, con su actor estrella en el papel del Dr. West.

"Resonator", delicatesssen.
     Sin abandonar el binomio Gordon-Yuzna, nos encontramos tambien con "Resonator", cuyo título original, "From beyond", sí que alude al relato "Desde el más allá" (cosas de los títulos traducidos en nuestro país) y que comparte, en cierto grado, las características expuestas en "Re-Animator" aunque, en esta entrega, el carácter "erótico-festivo" es algo más manifiesto. A decir verdad, Gordon está detrás de otras adaptaciones del genio de Providence como "Un castillo alucinante" o "Dagon, la secta del mar", las cuales destilan un gran amor por Lovecraft que, no obstante, no acaba de engendrar una obra con suficiente entidad.

     Por el camino quedan varias producciones como, por nombrar una, "El innombrable", adaptación del relato homónimo, dirigida por Jean-Paul Oullette, la cual, junto a su secuela, forma una sesión doble que, si bien no destaca por la calidad de ambos films, sí que supone un placer inconfesable para los fans del bueno de Lovecraft.

     La sorpresa, muy grata, por cierto, llega con la adaptación de la piedra angular alrededor de la cual gira todo el cosmos lovecraftiano. "La llamada de Cthulhu" es una producción de poco más de 45 minutos que cubre el relato del mismo título con una brillantez fruto de la pasión de sus productores y de la distribución que la "H.P. Lovecraft Historical Society" llevó a cabo. Sus acertadas claves estéticas y su fidelidad a la obra seminal le han valido el calificativo de "mejor adaptación lovecraftiana" desde varios medios especializados.

     Quedan muchísimas por el camino, estamos segurísimos, pero podríamos hacer un post eterno, de tener que hablar de todas ellas y no creemos que al gran Cthulhu le hiciera mucha gracia. Volveremos con un segundo post en el cual cubriremos las películas que han tomado la esencia de Lovecraft, sin necesidad de basarse en relatos concretos y también ahondaremos en esos otros territorios que no han podido escapar de la influencia de nuestro querido autor de Providence.

Hasta entonces, sed muy malos, ¡ maldit@s!




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